Número 08                                               Época IV                                     Marzo 2006


Presentación

Porfirio Muñoz Ledo, quien actualmente preside la Asociación Nacional para la Reforma del Estado, nos plantea en esta edición que nadie se opone a la urgente necesidad de emprender una reforma a fondo del Estado en México. Hay también una extendida conciencia pública hacia la urgencia de construir un nuevo sistema político, que asegure la sustentabilidad de la democracia y la viabilidad del país. Pero han sido los actores políticos responsables los que no han avanzado en los acuerdos mínimos que permitieran alcanzar ese horizonte decisivo.

Expone cómo desde las filas de la oposición, al final del pasado siglo XX, se argumentó y demandó la instauración de un nuevo régimen mediante la revisión del andamiaje institucional y el consenso general sobre las nuevas reglas del juego político. En los hechos, sin embargo, los otros actores políticos actuaron lejos de impulsar los acuerdos y los cambios legales indispensables, y antes bien cayeron en el juego de bloqueos y pantanos parlamentarios y apostaron a reducir los costos de la derrota y a preparar su reconstrucción electoral. En la actual coyuntura, tal urgencia sigue abierta y en espera de concretarse objetivamente.

También en el marco de la coyuntura electoral, este número aborda el tema de la publicidad política y el papel de los medios masivos cada día más influyente en ese terreno. Los artículos respectivos prevén acerca de la instauración de una “telecracia”, de una “mediocracia” en nuestro país que desplace a los poderes democráticos elegidos. En especial, este peligro se avizora a partir de los cambios a las leyes de Radio y Televisión y de Telecomunicaciones que aprobaron intempestivamente los diputados en diciembre pasado, los cuales favorecen al duopolio televisivo y, sobre todo, al consorcio dominante Televisa.

La doctora Guillermina Baena Paz establece que los medios de comunicación han pasado de ser simples enlaces, transmisores de información, a ser actores políticos, sujetos centrales de la acción pública. En tanto que César H. Espinosa advierte sobre un posible proceso de “berlusconización” en México, cuando la extrema derecha y el poder de los medios electrónicos impusieron a un Primer Ministro en Italia: ¿y en México, a un presidente de la república en 2012?

En la sección de Reforma Universitaria, Alberto Pulido Aranda pregunta: ¿Quién se atreverá a reformar el Estatuto General de la UNAM?, a propósito de las labores deliberativas desempeñadas por la CECU y la posible organización de un nuevo Congreso Universitario en la UNAM. Por su parte, el doctor Hugo Aboites se refiere a los lineamientos estratégicos de la ANUlES hacia las universidades públicas, para hacer ver cómo las imposiciones neoliberales llevan a la mercantilización de la educación superior en nuestro país.

En su número 8, Foro Universitario incluye artículos de Miguel Ángel Ramírez Zaragoza sobre el papel de la educación superior en la preservación de la soberanía nacional, y en la sección de Foro Histórico aparece el artículo intitulado “La ‘honorable, desinteresada y prudente Junta de Gobierno”, por Fernando Jiménez Mier y Terán, relativo al sistema de elección de los principales mandos en la UNAM.

La sección internacional presenta la reseña de un coloquio sobre Pensamiento y producción del conocimiento: urgencias y desafíos en América Latina, con referencias a la obra y concepciones de Enrique Dussel, Aníbal Quijano y Hugo Zemelman. En la sección Arte/Cultura, Araceli Zúñiga publica su artículo denominado La lengua dividida, en torno al trabajo del joven grabador Francisco Quintanar, en donde hace un repaso de las diversas contaminaciones, influencias, mestizajes e hibridaciones que dan forma al lenguaje artístico contemporáneo.