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ACUERDO Desde nuestra condición de mayoría, los trabajadores del campo y la ciudad, le decimos al gobierno, a los poderes legislativo y judicial, a los dueños de las corporaciones empresariales, a sus medios de comunicación y a los partidos políticos, que no estamos de acuerdo con el actual modelo neoliberal de economía fundado en la explotación, en el despilfarro de la propiedad pública y en la destrucción de la soberanía alimentaria y económica.
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No estamos de acuerdo con un régimen político de democracia simulada que basa su "estabilidad" en el desacato a la legalidad constitucional, en el desaseo electoral, en la corrupción, la mentira y la violación de los derechos humanos más elementales. No compartimos un proyecto de país donde la mayoría de los mexicanos estamos excluidos de la toma de decisiones sobre los grandes temas de la soberanía nacional, la seguridad, los recursos energéticos, los salarios, las viviendas, la educación, la salud, las pensiones y un futuro viable para los hijos, Sabemos que el fruto del trabajo de hombres y mujeres, que hoy se acapara en pocas manos, es suficiente para garantizar los derechos de ciudadanía enunciados en la constitución, aumentado, incluso, la inversión productiva y con ella el crecimiento. No nos pueden mentir; el neoliberalismo no es desarrollo ni democracia y menos justicia social. El gobierno se encamina hacia mayores polarizaciones y desequilibrios. Llegó al poder promoviendo esa polarización, nació de una legalidad debatida y de una legitimidad incierta. En esa línea Calderón y sus funcionarios han anunciado la culminación de todas las reformas estructurales. De inicio, procedieron a la imposición de un nueva Ley del ISSSTE que constituye un paso más en el proceso de desmantelamiento del sistema de seguridad social mexicano, ya que, además de afectar los derechos de los trabajadores afiliados al ISSSTE en materia de jubilaciones y pensiones, abre paso, por medio de la subrogación de servicios a la privatización de diversas prestaciones en beneficio de los sistemas hospitalarios y proveedores del sector privado. De igual manera, rompe con el carácter solidario de los fondos de pensiones. De esta manera, la Ley del ISSSTE se ha convertido en la punta de lanza que abre paso a la imposición del IVA en alimentos, medicinas y prestaciones, a una reforma laboral que suprime de tajo la estabilidad en el empleo y los derechos amparados en el artículo 123 de la Constitución, por no hablar de la total privatización del sector energético, del agua, educación y salud. En lugar de reparar y restañar su escasa credibilidad, han convertido su guerra contra el narcotráfico y el terrorismo en una escalada contra los derechos civiles y humanos, aprobando una reforma del Código Penal, que en los hechos, cancela el derecho de expresión de los ciudadanos y las organizaciones sociales criminalizando la protesta social. Hasta la fecha, las autoridades gubernamentales se niegan a responder positivamente a las propuestas contenidas en la Declaración del Zócalo y a las demandas inmediatas de organizaciones como el SUTIN y ASSA, el Sindicato del IFE, el de Comercio Exterior, el Sindicato Independiente Nacional del Sector Salud, los sindicatos que estamos bajo el régimen de la ley ISSSTE, en particular la CNTE, por no mencionar la actitud negligente y aun criminal frente a los reclamos de la APPO y Atenco. Hay que cambiar de rumbo. Los trabajadores mexicanos no podemos permanecer impasibles ante el deterioro progresivo de la vida política y social de la nación. Las consecuencias están a la vista. La crisis de legalidad y legitimidad del ejecutivo avanza y amenaza al sistema de partidos, al poder legislativo y judicial, sin faltar las policías y el ejército, Lo cual podría contribuir a la ingobernabilidad. Además, todo indica que las iniciativas del gobierno están dirigidas a preparar el terreno para imponer una salida autoritaria a la crisis. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. (CNTE,) y la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) queremos manifestar nuestra intención de luchar juntos para impedir que continúe el deterioro de las condiciones sociales y económicas de nuestra población. Queremos contribuir a un movimiento capaz de generar una agenda social que incida en la construcción de una democracia plena, incluyente, plural, participativa. Queremos unir nuestras fuerzas para combatir la impunidad, la política que pretende seguir avasallando a los ciudadanos. La UNT y la CNTE entienden que para construir la agenda social de los trabajadores se requiere de la unidad programática de nuestros movimientos y dejar constancia que nuestra acción estará enfocada en abrir espacios de participación de la sociedad para cambiar el rumbo del país. Por lo que las organizaciones sociales de los trabajadores convocamos a una segunda etapa de movilizaciones que iniciará con una gran jornada de lucha nacional este primero de junio y que se prolongará bajo diferentes medios y formas hasta el 31 de agosto de 2007. Es importante señalar que esta nueva etapa de la Jornada Nacional de Lucha debe servir como preparación para las acciones que la UNT y la CNTE realizarán de conformidad con los siguientes ejes y objetivos:
UNIÓN NACIONAL DE TRABAJADORES COORDINADORA NACIONAL DE LOS TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN AGUSTÍN RODRÍGUEZ FUENTES |